Isu.
Ezio: «¿Sois dioses?»
Minerva: «No, no somos dioses. Simplemente... llegamos
antes.»
— Ezio Auditore da Firenze y Minerva, sobre la naturaleza de
la Primera Civilización.
Tres representantes de la Primera Civilización; Juno,
Minerva y Júpiter.
Los isu, también conocidos como Homo sapiens divinus, la
Primera Civilización, Aquellos Que Vinieron Antes, o los Precursores, fueron
una antigua y avanzada raza de seres humanoides que fueron los primeros en
llegar a la Tierra.
Ellos fueron los responsables de la creación de los
Fragmentos del Edén, así como de los humanos, a quienes usaron como personal
doméstico. Como los primeros humanos no eran capaces de comprender lo que era
realmente la Primera Civilización, les veían como dioses.
Eventualmente, la guerra estalló entre la Primera
Civilización y sus ahora oprimidos esclavos humanos (Egipcios y otras
civilizaciones); esto, junto al comienzo de a lo que se referirían como la
"Catástrofe de Toba", dejó a la Primera Civilización al borde de la
extinción, a pesar de que su legado se mantendría vivo durante miles de años.
Los isu eran anatómicamente similares a los humanos, aunque
eran más altos y sus cráneos eran aproximadamente un 30% más grandes. Existe la
teoría de que sus cráneos más grandes alojaban cerebros más grandes, lo cual
explicaría por qué poseían un sexto sentido, permitiéndoles tener una
percepción más sofisticada del espacio y del tiempo. Una teoría afirma que los
cráneos encontrados en lugares arqueológicos alrededor de Boskop, Sudáfrica,
ofrecen evidencia fósil de su existencia.
Además de esto, la Primera Civilización contaba también con
una esperanza de vida más larga, y la evidencia de su paso puede ser encontrado
en todo el planeta; no sólo en las ruinas de su civilización perdida, sino
también en antiguos mitos y leyendas.
Un miembro de la Primera Civilización usando un Fragmento
del Edén para controlar a los humanos.
Nativos de la Tierra y producto de miles de años de
evolución, los orígenes de los isu no están claros. Minerva simplemente afirmó que
"llegaron antes", y que eran responsables de la creación de la
humanidad, formando a dicha raza a su imagen y semejanza para ser capaces, pero
dóciles sirvientes.
Mientras que Minerva señaló que crearon a la humanidad para
sobrevivir, Juno reveló que no les hicieron demasiado inteligentes de forma
intencionada, asegurando así obediencia y un ganado resistente que cubriese sus
necesidades.
La investigación realizada por Clay Kaczmarek parecía
sugerir que los isu alteraron radicalmente la composición genética de una
especie pre-existente en el planeta para crear a la humanidad, configurándolos
para ser similares a sus "dioses", y por lo tanto dejaron un gran
vacío en términos de especies transicionales entre arcaicos homínidos y los
humanos modernos. En 1997, los templarios habían tomado nota de ello y habían
dispuesto falsos esqueletos que colocarían en Etiopía, con el fin de limitar la
exposición humana a la posibilidad de la existencia de la Primera Civilización.
Con el fin de asegurar el control de la humanidad, fueron
creadas diversas tecnologías por la antigua pero avanzada raza, llamados
Fragmentos del Edén, que aprovechaban un neurotransmisor situado en las
profundidades del cerebro humano. Sin embargo, hubo algunos humanos que nacían
sin el neurotransmisor, lo cual hipotetizó Clay como híbridos entre la Primera
Civilización y los humanos, y que podían subsecuentemente vivir sin ser
controlados por tales medios.
«Aún cuando éramos carne, y nuestros hogares estaban vacíos,
tu especie nos traicionó. A nosotros que os creamos, que os dimos la vida.»
―Minerva.
Instigados por el robo de una Manzana del Edén por Adán y
Eva, la rebelión humana pronto estalló en una guerra a gran escala contra sus
"dioses". Mientras que la Primera Civilización estaba más avanzada
tecnológicamente y era más poderosa, la humanidad tenía una ventaja numérica,
superando probablemente a sus creadores en millones, demasiados para que los
Fragmentos del Edén les controlasen con efectividad.
La guerra eventualmente terminó, aunque las bajas de la
Primera Civilización fueron mayores de lo que habían previsto. La distracción
de la guerra les había cegado a todos, y su preocupación con la guerra les
impidió ver un peligro inminente que provenía de los "cielos".
Para cuando se dieron cuenta, ya era demasiado tarde. Shaun
Hastings y Lucy Stillman teorizaron después que este peligro pudo ser una
erupción solar masiva que invirtió los polos magnéticos de la Tierra,
revirtiendo la polaridad y haciendo al planeta geólogicamente inestable. Esta
hipótesis está reforzada por pruebas que encontró Clay Kaczmarek en el Animus,
y confirmada por Tinia.
Secuelas
«Puede que no nos comprendas, pero comprenderás nuestro
aviso. [...] Y mientras la vida volvía al mundo, nos esforzamos para asegurar
que esta tragedia no se repitiese.»
A pesar de que ambas razas sobrevivieron a la catástrofe,
solo quedaron unas pocas especies de cada una. Trabajando juntos,
reconstruyeron su mundo, aunque la humanidad siguió viendo a la raza de Minerva
como dioses. A pesar de que sobrevivieron, los isu fueron incapaces de
recuperarse del todo y comenzaron a encaminarse hacia la extinción, cosa que
sucedió en menos de un siglo.
Sabían, sin embargo, que la catástrofe que había calcinado
su planeta eventualmente volvería a ocurrir, así que decidieron tomar medidas
para prevenirlo, grabando un mensaje holográfico e interactivo para que
sirviese de advertencia a aquellos que entrasen en la Cripta en Roma. En ella,
Minerva advirtió del inminente final, y habló de los Templos que podrían salvar
la Tierra de la destrucción, construidos por aquellos que "supieron
alejarse de la guerra".
Entregando el mensaje al Asesino Desmond Miles, que estaba
viendo las memorias de su ancestro Ezio Auditore da Firenze, Minerva advirtió
de que no quedaba mucho tiempo, y de que "la Cruz" se interpondría en
su camino. Tras entregar ese mensaje, uno de los últimos vestigios restantes de
la Primera Civilización desapareció.
En octubre de 2012, Desmond y su equipo de Asesinos llegaron
al Gran Templo, donde descubrieron que para encontrar la llave que abría la
barrera interior, Desmond tendría que revivir la memoria de su antepasado,
Haytham Kenway, y de su hijo Ratonhnhaké:ton.
Después de pasar un tiempo en el Templo, Shaun descubrió que
las fuentes de energía construidas por la Primera Civilización se estaban
debilitando, de modo que el equipo necesitaba encontrar más. Esto llevó a
Desmond a aventurarse fuera del Templo para recuperarlas, y una vez hecho esto,
Juno le mostró visiones acerca de las soluciones que la Primera Civilización
llevó a cabo para reemplazarlas.
Después de que reviviese las memorias relevantes de
Ratonhnhaké:ton, Desmond, Shaun, Rebecca y William Miles desbloquearon la gran
puerta del Templo, donde únicamente encontraron un pedestal. Juno apareció ante
ellos le dijo a Desmond que tocándolo, salvaría a la humanidad. Sin embargo,
Minerva apareció de repente y le advirtió de que si lo tocaba, el pedestal no
sólo protegería a la Tierra de las erupciones solares, sino que también
liberaría a Juno en el mundo y podría conquistar a la humanidad. Urgió entonces
a Desmond para que dejase que las erupciones solares diezmaran la población
mundial, lo cual llevaría a Desmond a convertirse en un mesías ante los supervivientes
y que sus enseñanzas fuesen reinterpretadas por los fanáticos, repitiendo así
el proceso de la humanidad una y otra vez.
A pesar de ello, justificándose en que elegir no hacer nada
sería mucho peor que liberar a Juno, Desmond rechazó la petición de Minerva .
Decidió que era mejor salvar la Tierra y confiar en que algún otro fuese capaz
de vencer a Juno, antes que dejar que se perdieran incontables vidas humanas.
Desmond tocó entonces el pedestal y se sacrificó, liberando un escudo parecido
a la aurora boreal alrededor de la Tierra que bloquearía hasta la más potente
erupción solar. Tras esto, Juno felicitó a Desmond por cumplido bien su papel,
y declaró que ahora le tocaba a ella cumplir el suyo.
Juno era altamente escéptica con la humanidad.
«El resto depende de ti, Desmond.»
―Minerva a Desmond Miles, a través de las memorias de Ezio
Auditore da Firenze.
La Primera Civilización era una poderosa raza
tecnológicamente avanzada, que parecía tener habilidades precognitivas, ya
fueran naturales o tecnológicas. Esto fue probado por Minerva durante una
conversación con Ezio Auditore en la Cripta del Vaticano escondida bajo la
Capilla Sixtina.
Minerva reveló que Ezio era simplemente un mensajero, que
permitía a Minerva hablar a Desmond Miles, el cual estaba viendo las memorias
de su antepasado. Además, Altaïr Ibn-La'Ahad mencionó en su Códice que el
Fragmento del Edén que poseía no sólo contenía una serie de eventos pasados,
sino también de eventos futuros, significando eso que los Fragmentos contenían
predicciones hechas por la Primera Civilización.
Aparentemente, también tenían conexiones con muchas de las
religiones de la Tierra, e influyeron directamente en su desarrollo. Durante su
advertencia a Desmond, Minerva mencionó sus antiguos nombres, así como los de
sus compañeros "dioses"; Merva, Uni y Tinia, quienes después serían
conocidos como Minerva, Juno y Júpiter, respectivamente.
Sus antiguos nombres se corresponden con la tríada de las
deidades etruscas, mientras que los últimos son los nombres de sus homólogos
romanos, quienes forman la tríada capitolina. Este cambio de nombres puede ser
indicativo del por qué varias religiones tienen numerosas similitudes, ya que
todas estarían basadas en la historia de la Primera Civilización.
Como especie, la Primera Civilización era anatómicamente
similar a sus creaciones humanas, salvo en que, a diferencia de la humanidad,
que tenía cinco sentidos, los miembros de la Primera Civilización poseían seis;
siendo el sexto "conocimiento". Los individuos de la Primera
Civilización eran también algo más altos que los humanos, con un cerebro
aproximadamente un treinta por ciento más grande, lo cual posiblemente influyó
en su sexto sentido extra.
Tras la catástrofe que dejó a la Primera Civilización al
borde de la extinción, hicieron un tenso esfuerzo por pasar su sexto sentido a
la humanidad, su "débil esperanza final". Sin embargo, al final
fallaron; aunque los humanos podían "ver el brillo azulado [y] escuchar
las palabras", no poseían totalmente el "conocimiento" de sus
creadores, convenciendo a algunos, como a Juno, de que debían haber dejado a
los humanos seguir siendo simplemente tal y como eran.
«Son regalos, Sr. Miles. De aquellos que vinieron antes.»
―Dr. Warren Vidic.
A pesar de la huella que dejaron en la Tierra, la Primera
Civilización desapareció en la oscuridad rápidamente después de su declive. Sin
embargo, la incapacidad de los humanos de comprender a sus creadores como algo
distinto a dioses permitió que al menos sus nombres y sus características
permaneciesen vivos.
No obstante, la ausencia de pruebas de su existencia no
evitó que algunos grupos selectos de humanos a lo largo de los tiempos
descubriesen su auténtica naturaleza, como los Templarios del siglo XII, que
tenían un conocimiento limitado de la naturaleza de aquellos que habían vivido
antes. De hecho, la tecnología que usaban en el siglo XX para revivir la
memoria genética los ancestros del sujeto (el Animus) estaba basado en la
tecnología de la Primera Civilización.
Los Templarios también conocían la existencia de los Fragmentos
del Edén, y los consideraban regalos dejados por la Primera Civilización para
que ellos los utilizaran. Esta situación contrastaba significativamente con la
situación del siglo XV, donde eran los Asesinos los que conocían explícitamente
la existencia de la especie precursora, mientras que el Gran Maestro de los
Templarios, Rodrigo Borgia, simplemente creía que la Cripta era la localización
del mismísimo Dios.
Sin embargo, esto cambiaría, y quinientos años más tarde, la
Orden de los Asesinos no sabría práctiamente nada acerca de la existencia de la
Primera Civilización.
Aunque varias creencias religiosas parecen estar basadas en
diversos aspectos e interpretaciones erróneas de la Primera Civilización, su
existencia es ampliamente desconocida para la humanidad. Ya en el siglo XII,
tanto los Asesinos como los Caballeros Templarios sabían que el centro de las
religiones humanas, los Dioses, no existían realmente, y que los milagros y
otras ocurrencias sobrenaturales eran simplemente manifestaciones de los
poderes de los Fragmentos del Edén, dispositivos creados por la Primera
Civilización para controlar a la raza humana. Sin embargo, no se sabe con
certeza si los Asesinos y los Templarios comprendieron el origen de los
artefactos al mismo tiempo.
Para el siglo XV, al menos un Templario, Rodrigo Borgia,
sabía de la existencia de la Primera Civilización, si bien no de su naturaleza;
creía erróneamente que la Cripta del Vaticano escondida bajo la Capilla Sixtina
era el hogar de un dios viviente.
El primer caso del conocimiento por parte de un humano de su
existencia y posterior desaparición fue el de Altaïr Ibn-La'Ahad, quien les
mencionó en su Códice. Sin embargo, no sería hasta 1499 cuando la humanidad se
encontraría con la Primera Civilización de nuevo, cuando Ezio Auditore encontró
un holograma que se hacía llamar Minerva en la Cripta que se hallaba bajo el
Vaticano.
Aunque Ezio le habló a sus compañeros Asesinos de Minerva,
seguían sin comprender la naturaleza de la Primera Civilización, y el propio
Ezio demostró una gran dificultad para comprender la explicación de Minerva
acerca de su existencia.
En 2012, los Templarios de Industrias Abstergo tenían un
gran conocimiento de la verdadera naturaleza de la Primera Civilización, y los
Asesinos de este periodo tenían sospechas de su existencia también, las cuales
fueron confirmadas cuando Desmond revivió las memorias de Ezio.
A través de las experiencias de Desmond, los Asesinos fueron
advertidos por tres seres distintos: Minerva, Juno y Júpiter; mientras que no
es seguro si, para entonces, todavía conservaban su conocimiento previo de
Consus.
«¿Por qué tenemos estos regalos, estas habilidades? ¡Porque
está en nuestra sangre! [...] Las semillas fueron plantadas y dos mundos se
volvieron uno. ¡Observad a los Asesinos, hijos de dos mundos!»
―Clay Kaczmarek.
William Miles declaró que una persona de cada diez millones
tenía una alta concenctración de ADN de la Primera Civilización. Clay Kaczmarek
teorizó en cierta ocasión que la verdadera razón detrás de las habilidades de
algunos Asesinos era genética, sugiriendo un linaje incluyendo tanto sangre
humana como sangre de sus creadores.
Las propias memorias genéticas de Clay le indicaron que era
un descendiente directo de Adán y Eva, sugiriendo que su linaje, y posiblemente
el de más personas, tendrían acceso a esas habilidades. En efecto, Altaïr,
Ezio,Edward y Haytham Kenway, Ratonhnhaké:ton, Clay Kaczmarek y Desmond Miles
poseían la Vista de Águila, así como Leonardo da Vinci, lo cual sugiere que él
también tenía una gran cantidad de ADN de la Primera Civilización.
Además, Ezio fue capaz de usar el Cetro y una Manzana del
Edén para abrir la Cripta del Vaticano, mientras que Rodrigo no pudo, y Altaïr
había usado antes su Manzana para iluminar a la gente de Chipre sobre las
mentiras de Armand Bouchart.
Por ello, cuando Desmond tocó la Manzana, Juno le informó de
que su ADN se había "conectado" con el suyo, activando el artefacto
como resultado. Esto le permitió a Juno controlar el cuerpo de Desmond a un
nivel físico, a pesar de que pudo resistir cualquier forma de control mental,
permaneciendo completamente consciente de la situación.
A pesar de que jugaron un importante papel en la trama de
Assassin's Creed II, la Primera Civilización fue mencionada por primera vez por
Warren Vidic en Assassin's Creed. Cuando estaba hablando con Desmond, Vidic
afirmó que los Templarios eran los responsables de los mayores avances
tecnológicos de la historia de la humanidad, aunque negó que ellos los hubiesen
descubierto, llamándolos "regalos... de aquellos que vinieron antes".
La historia de la Primera Civilización, que creo a la
humanidad como un dócil personal de trabajo y que subsecuentemente fueron
vistos como dioses por su propia creación, guarda bastante similitud con la
Teoría de los Antiguos Astronautas, la cual postula que unos extraterrestres
visitaron la Tierra en los tiempos antiguos y que alteraron genéticamente a una
especie existente de homínidos para crear a la humanidad a su propia imagen.
Como resultado, estos extrarrestres fueron responsables de influir en las
primeras civilizaciones, culturas y religiones; y fueron percibidos como dioses
por sus creaciones humanas.
La única diferencia que tiene esta teoría con la explicación
de la Primera Civilización es que la Primera Civilización no vino del espacio
exterior, habiendo residido en la Tierra y evolucionado a lo largo del tiempo.
Si uno se fija detenidamente en la imagen de la
transcripción de la historia de la Primera Civilización, se puede ver que hay
varios triángulos parecidos al logo de Abstergo.
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